lunes, 23 de marzo de 2009

yo de repente

de repente creo que nadie me conoce. y es que desde que empecé a despreciar el ego, y esa necesidad de la gente de autovalidarse continuamente, me cuesta cada vez más hablar de mi mismo sin sentirme culpable, hasta el punto en que siento que ya no hablo de mi practicamente, haciendo dificil que alguien llegue a saber de mi. 
la verdad es que también me he ido quedando sin tema, porque por lo demás, aunque sí hablara de mi mismo, soy bastante fome por lo que nada cambiaría. no me pasa nada interesante en la vida, o quizás perdí el don del monólogo, esa capacidad de hablar un rato sobre nosotros mismos, contar una historia, una anécdota, un chiste, o cualquier idiotez propia, pero logrando captar la atención de la audiencia, y consiguiendo la empatía de parte de ellos que los lleva a esbozar una sonrisa, a lanzar una carcajada o simplemente a mirarte con cara de vamos sigue hablando. no sé si antes la tuve, o si ensimismado por mi propia necesidad de autovalidación no me daba cuenta que al final estaba hablando solo. no sé si antes tuve la capacidad de elegir las palabras correctas, la entonación adecuada, y el latigazo del remate final, ese que hace el click y patea la corteza de tu interlocutor y genera una reacción positiva, que te lleva a sentirte validado y necesario en la conversación.

domingo, 15 de marzo de 2009

carta abierta

verdaderamente me siento un idiota. yo todo inocente te escribo y no recibo respuesta. sería educado de tu parte al menos decir no me escribas más. de repente soy tonto y no logro captar la indirecta, o simplemente soy un iluso y a pesar de que la capto me niego a creer que ya no piensas en mi como yo en ti. como sea, me gustaría que me dijeras al menos no quiero saber más de ti.
probablemente estás con otro, y esta es otra de mis patéticas pataletas. demás, pero es una pataleta inofensiva así que no espero respuesta. es mi grito al espacio, mi mensaje en una botella, mi mochila por el aire o una patada en una puerta.
te deseo lo mejor, que seas feliz, y ojalá algún día llegue a saber que así es, sea a través de ti, por otra persona o por un mensaje en una botella.

resumen

ellos son alicia e iván. se conocieron siendo jóvenes, se gustaron y pololearon. iván es un tanto pelusón, tanto como alicia es coqueta.

no conozco detalles de su historia antigua, sé que pololearon por un largo tiempo y hacían una linda pareja. todo parecía ir bien pero un día de la nada alicia decide escapar a los estados unidos. iván la espera en chile.

al regresar alicia deciden casarse en una modesta ceremonia. en frente de sus amigos, sus familias y sus cercanos se juraron amarse por siempre.

tenían un plan de vida juntos, y trabajaron duro para conseguir sus metas. iván decidió terminar sus estudios, impulsado por alicia, para conseguir un mejor nivel de vida. así transcurrieron los años, entremedio nacieron camila y álvaro los que crecieron en la villa gildemeister de la florida. 

todo parecía estar bien para iván y alicia, pero un mal día iván fue despedido y con esto tambalearon los planes para surgir de esta pareja, que ahora podríamos llamar familia.
así como una cosa lleva a la otra, los problemas se intensificaron para esta pareja. el miedo es un mal consejero, te habla al oído y te hace decir y actuar de formas en que uno no quisiera, y poco antes de la graduación de iván se produjo un quiebre que a la postre sería definitivo.

esta, salvo detalles, podría ser la historia de cualquier pareja. alicia confesó hace ya un tiempo que siempre esperó que tal como salió por esa puerta, iván volvería por la misma. iván confesó hace ya un tiempo que nunca esperó salir por esa puerta. esa puerta, la misma puerta donde camila sentada esperaba con galletas que su papá volviera. 

los años pasaron, el quiebre separó a iván de su antigua familia, rehizo su vida y supongo que es feliz. alicia cuidó de camila y álvaro lo mejor que pudo y ahora ambos ya están grandes y se cuidan solos.

iván y alicia no se ven desde hace más de 10 años. no podría decir que se odian pero no soportan compartir el mismo ambiente y nunca tienen una palabra de cortesía para el otro.

esta es la historia de iván y alicia, la historia de como un mal día te puede cagar la vida.