Era linda es cierto, pero lo que más me gustaba era que fuera una niñita perdida. Drogadicta, callejera, demasiado sociable, media loca pero loca linda, y media temperamental.
Un día saliendo del hostal, me la encuentro en la callecita que daba al zócalo por el costado de la catedral haciendo malabares con fuego con un hippie, y estaban de lo más amigos, ahí fue cuando la invité al zoológico y me dijo que no... A la vuelta ese día al hostal, a eso de las 5 la encuentro con las manitos quemadas y casi llorando, bien enojada, porque se había peleado con el hippie que no había querido compartir las ganancias de los malabares con ella. Ahí la convencí de volver al hostal y nos tomamos el último trago juntos porque al día siguiente nosotros partíamos.
Han pasado 2 años ya pero seguimos hablando, ella me manda sus cadenas de causas perdidas, yo le hablo cuando la veo en messenger, y conversamos largo. A veces hablamos de arte, me encanta como pinta, o hablamos de la vida. Ella me cuenta de sus viajes, y yo de los mios. Claro sus viajes son mucho más cool, la verdad cuando hablo con ella me siento como Forrest Gump, yo jugando pimpón por el mundo mientras ella viaja con revolucionarios, drogándose y haciendo el amor.
Algún día quizás nos volvamos a ver, quizás conversemos y nos tomemos algo, quizás nos emborracharemos y haremos el amor, quizás estemos juntos por un tiempo, o quizás nada de eso pase. Por ahora, me contento con conversar con ella cuando la veo en internet, e imaginarme que soy Forrest Gump contándoles mi vida sentado en esta banquita virtual.